Se llamaba Marta, pero todos la llamaban Estrellita por dos razones muy diferentes que os voy a contar.
La primera se debe a Jorge, un compañero muy preguntón que, cuando la maestra les dijo que venía una compañera nueva que era ciega, quiso saber qué era eso.
-Ciega es una persona que no ve. No ve los colores, ni las cosas, ni la luz... no ve nada.
Él se tapó los ojos con las manos y como todo se quedó oscuro como durante la noche, dijo que debería llamarse Estrellita y así se dirigieron todos a ella desde ese día porque el nombre les gustó mucho.
La segunda razón fue algo diferente y os la contaré ahora mismo.
En la clase, cambiaron poco las cosas desde la llegada de estrellita. Todos los compañeros la trataban con cariño para que se encontrara a gusto y le tenían muchas atenciones: cuando saltaban a la comba, siempre saltaba una compañera con ella de la mano y le avisaba cuando tenían que saltar; si jugaban al escondite un compañero la tomaba de la mano y se escondían juntos. Así pasaban los días hasta queBerta, celosa porque Estrellita era el foco de atención de todos, se enfadó y un día, a la hora del recreo, propuso lo siguiente:
- Por qué no jugamos a la gallinita ciega?
Nadie dijo nada hasta que Estrellita comentó.
-¡Vale pero no os enfadéis si os gano!
-¡Ja, ja ,ja! Contesto Berta. Tú no ganas ni en broma.
- Bueno, vamos a ver.
Se lo comentaron a la señorita y ésta les respondió que era una idea estupenda y les prestó su pañuelo.
- ¿Quién se la queda? Preguntó la señorita.
Berta contestó en un tono algo extraño:
-Que se la quede Estrellita.
-De acuerdo, contesto. Que sea Estrellita. Ella no necesita pañuelo pero se lo pondremos de todas formas.
Los compañeros comenzaron a darle vueltas cantando”gira y gira como un remolino a ver si nos conoces o serás un pepino”.
Rápidamente todos los niños y las niñas hicieron un corro alrededor y Berta, que a veces hacía trampas viendo un poquito por debajo del pañuelo, no podía aguantarse la risa en pensar que nunca los reconocería. Estrellita, al oírla, se dirigió directamente hacia ella la cogió y dijo:
-Tú eres Berta y te la quedas.
El resto del recreopasó rápido y Berta no pudo identificar a ninguno de sus compañeros antes de que sonara el timbre. Durante el juego, los días siguientes, la historia se repitió: siempre que jugaban a la gallinita ciega se la quedaba Estrellita y rápidamente identificaba al compañero o compañera al que se acercaba. Al final todos pensaban que había una estrellita que le soplaba el nombre.
Durante una clase, sorprendida por la facilidad que tenía Estrellita para identificarlos, Berta preguntó a la maestra.
-Señorita. ¿Por qué Estrellita nos reconoce tan pronto cuando jugamos? ¿No será que hace trampa?
-Muy fácil. ¿Recordáis el primer día que vino a clase y nos presentamos a ella, cómo nos pasaba las manos por la cara?
-Sí, contestaron todos a coro.
-A mí no me las pasó porque ya lo había hecho antes. Es la forma que tiene de conocernos a cada uno de nosotros. Estrellita ve con las manos. Además tiene un oído muy fino y nos identifica rápidamente por la voz. Por eso, cuando se acerca a uno de nosotros y nos pasa las manos por la cara, nos ve a su manera y de este modo nos conoce. Siempre será la campeona del juego de la gallinita ciega. Es la única ventaja que tiene. Bueno, esa y la de tener unos compañeros tan extraordinarios como vosotros.
Todos se quedaron sorprendidos y satisfechos de lo que les había contado su seño.
Berta pensó en lo pérdida que se sentía cada vez que le ponían el pañuelo y no veía nada, solo oscuridad, lo mismo que veía Estrellita continuamente. Al pensar en eso y en lo mal que se había portado con su compañera, se puso tan triste que estuvo a punto de echarse a llorar; sin embargo tuvo una idea mejor, se levantó y dijo:
- Por qué no nombramos a Estrellita campeona. Podríamos en vez de darle una copa, hacerle una estrella con una punta por cada compañero y compañera de clase.
Todos estuvieron de acuerdo con la idea de Berta. La maestra les dibujó una punta de estrella a cada uno para que la colorearan y la picaran. Cuando estuvieron listas, las pegaron unas junto a otras y formaron una estrella, la más bonita que habían visto nunca y se la dieron de regalo. Estrellita se sintió feliz y les dio las gracias. A la vez que les contó una adivinanza.
¿Qué es?
“Tengo dos y tú también, los míos solo miran, los tuyos ven”.
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